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20.12.24

¡Lo que debemos a Cesar Augusto!

Cesar Augusto (63 a.C.-14 d.C.) fue el primer emperador del Imperio Romano cuando Roma dejó de ser una República. Dio estabilidad y desarrollo del Imperio Romano y lo hacia una era de paz y prosperidad.

Quiso saber cuántas personas vivían en su territorio: por eso decretó un censo en todo el Imperio. La población debía inscribirse en su ciudad de residencia. Gracias a ese decreto, José de Nazaret como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Lucas 2:1-5.


Aquí nació Jesús  

8.12.24

23.11.24

Factor decisivo: los padres

La falta de hermanos no define el futuro del niño. El factor decisivo es la actuación de sus padres.

Sofía es hija única y mamá de tres niñas: "El deseo de tener un hermano recién desapareció al convertirme en madre. Mis padres trabajaban y, aunque iba unas horas al jardín, tuve que aprender a jugar sola. Era el centro de las miradas de la familia en lo bueno y en lo adverso. Mis padres me educaron en la toma de decisiones a medida que iba creciendo. Eso me ayudó a desarrollar un sentimiento de autoestima que me ha posibilitado logros a lo largo de las otras etapas evolutivas".

Jorge también es hijo único: "De chico añoraba un hermano con quien patear la pelota, ir de vacaciones y compartir la Navidad. Esas son las situaciones en que recuerdo con mayor claridad el sentimiento de soledad y el deseo de tener hermanos. La Navidad cobró un sentido distinto al casarme y a medida que llegaban mis hijos. Cuando ahora los veo jugar juntos fomento mucho la fraternidad, manifestándoles cuánto vale lo que tienen."

Algunos problemas que puede experimentar el hijo único como el consentimiento, la sobreprotección, la introversión, no son sólo características de los hijos únicos. Estos niños pueden experimentar un desarrollo tan positivo como los que tienen hermanos.

Gabriela Ensinck, psicóloga, considera que el hecho de ser hijo único no define por sí solo el futuro de un niño. El factor decisivo es la actuación de sus padres.

Crecer en una familia siendo hijo único priva de situaciones de conflicto, colaboración, visualización de diferencias sexuales, etc. que preparan para la vida fuera del núcleo familiar donde hay que enfrentar realidades muchas veces contrarias al propio gusto e interés. Quien no ha tenido la posibilidad de compartir con hermanos, por lo general es más autosuficiente, cree que puede solo y cree que no necesita ayuda de nadie. Espera inconscientemente que lo consideren de manera especial, por eso de adulto puede costarle ser tratado igual a otro compañero de estudio o trabajo. Le es difícil incorporar la idea de que no todo debe ser a su medida, o como él lo disponga. 

La experiencia de compartir con hermanos un status igualitario capacita para manejarse en la adultez en distintos ambientes. Prepara para tener una visión más amplia en todas las situaciones de vida cotidiana, para ponerse en el lugar de los demás, aceptar las normas de convivencia respetando los sentimientos y opiniones de otros. Suelen ser personas más realistas y objetivas ya que han vivido situaciones normales de rivalidades, conflictos y peleas entre hermanos.

A partir de los lazos fraternos se dan numerosos aprendizajes que perduran toda la vida y otorgan a los padres la tranquilidad de saber que sus hijos, cuando ellos ya no estén, se tendrán unos a otros. Más allá de cómo se lleven, tienen la misma sangre y la sangre tira más que una amistad por estrecha que sea.

11.8.24

Terapia de la dignidad

Inevitable es la muerte propia y de los seres queridos. Es importante conocer las nuevas terapias psicológicas para, frente a ese hecho inevitable, morir en paz, sin miedo a lo que está por venir. Recomendamos entrar en el siguiente link que llena de esperanza.

 https://thefamilywatch.org/2024/08/09/terapia-de-la-dignidad-el-tratamiento-psicologico-que-ayudo-a-manuel-a-morir-satisfecho/



16.7.24

Encerrados en el dormitorio horas atrapados por internet



La adolescencia es una etapa vital de gran y positivo potencial, siempre que padres y educadores la entendamos y acompañemos adecuadamente. Es verdad que los jóvenes, en la búsqueda de su propia identidad, necesitan distanciarse de sus padres, ser críticos y mostrarse obstinados: prefieren la soledad más que la compañía del resto de la familia.

Gustavo está a punto de cumplir 13 años. Un buen día sus padres cayeron en la cuenta que había pasado de ser comunicativo y charlatán, a estar callado y aislarse en su cuarto. Se habían preparado para su adolescencia leyendo algún que otro libro y hablando con amigos. Ante esos primeros síntomas de incomunicación intentaron varias estrategias, pero ninguna pudo frenar el progresivo aislamiento de Gustavo.

Los adolescentes encerrados en su cuarto quedan atrapados hasta la madrugada en Internet o jugando ante sus pantallas. Posiblemente el germen de algunas manifestaciones extremas de aislamiento no sucede de repente: se inocula lenta y silenciosamente desde la niñez mientras los padres pueden creer que el chico es hogareño porque le gusta estar en casa.

La dinámica vida posmoderna induce a la invención de términos y expresiones cuyo uso se consolida con rapidez. Eso sucede con la expresión "botellón electrónico", acuñado por el psiquiatra familiar Paulino Castells. Hace menos de diez años él comenzó a adjudicar ese nombre al conjunto de pantallas y anexos de que disponen nuestros adolescentes: TV, PC, celular, juegos electrónicos, iPod, MP3 y 4 y siguientes, auriculares etc.

"Lo comparé con el botellón alcohólico, porque los jóvenes presentaban síntomas de embriaguez muy similares a los que producen los excesos de alcohol en los fines de semana. La diferencia con los jóvenes bebedores es que éstos arman algarabías, mientras que la borrachera del botellón electrónico es silenciosa".

Castells recomienda prevenir situaciones de incomunicación y aislamiento en niños y adolescentes, fomentando la comunicación intrafamiliar. Algunas medidas a adoptar por los padres, nada simpáticas para los hijos, son no mirar por costumbre la tele en las comidas, controlar el número de pantallas en los dormitorios, dosificar el tiempo destinado a las maquinitas y colocar la computadora a la vista de todos, por ejemplo, en la sala de estar u otro lugar común, aunque se trate de una portátil o un note book. Así este instrumento cibernético se convierte en un puente del diálogo familiar, facilita la posibilidad de compartir y analizar con actitud crítica noticias, juegos y redes sociales. De este moto además, los padres conocemos qué blogs y otros recursos de la web frecuentan los jóvenes y aprendemos mucho de informática, de los intereses de nuestros hijos al tiempo que creamos o reforzamos los lazos familiares.

Aislados a causa de la tecnología. Sólo una buena comunicación familiar puede prevenirlo.

Ana María Abel Mag. Ciencias Familiares

19.6.24

¿Te suenan familiares estas frases?





Un argumento relativamente común que utilizamos los cónyuges en relación a nuestra pareja sobre lo "injusto" que en ocasiones es la dinámica en el matrimonio...

  1. Es injusto que yo tenga que tomar la iniciativa para solucionar una discusión cuando él o ella fue quien provocó el problema.
  2. Es injusto que yo me tenga que acercarme a él/ella para hablar cuando él/ella fue quien inició "la ley de hielo" (No dirigirse la palabra).
  3. Es injusto que yo tenga que ponerle una buena cara cuando él o ella se la pasa todo el día con su mala cara conmigo
  4. Es injusto que yo tome otra vez la iniciativa por hacer algo para que nuestro matrimonio funcione mejor, cuando él o ella jamás lo han intentado.

Quizá no siempre las decimos, pero si nos pueden estar dando vueltas constantemente en la cabeza. Y aquí te comparto una de las más comunes:

Hagamos una reflexión juntos: ¿Cuándo decidiste casarte se unieron con un pacto de amor para que todo en la relación se haga con justicia o para que todo se haga con amor?

Las contrariedades que vivimos en nuestra vida matrimonial pueden provocar que nos olvidemos del amor... y dejamos de trabajar el amor en nuestro matrimonio y eso genera crisis en la pareja...

Recuerden: siempre es buen momento para re-comenzar. Independientemente de la situación que vivan actualmente en su relación, es posible trabajarla para estar mejor.

Desde que empezaste tu safari matrimonial se habrán presentado cantidad de inquietudes, pero, sobre todo, ilusiones...

        ... ilusión de hacer a un lado la monotonía en su relación

        ... ilusión de superar las peleas y conflictos de siempre

        ... ilusión de reconectarse y volverse cómplices

Y eso no puede quedarse en una ilusión, necesita llevarse a la acción.  Y es ahí donde vienen los PEROS para actuar...

        PERO el/ella no tiene interés...

        PERO no creo poder cambiar yo...

        PERO necesito que pase este momento

        PERO mi cónyuge no quiere participar en el cambio...

        PERO con él/ ella es imposible...

Y podemos hacer un libro con todas las objeciones que decimos, pensamos y hasta creamos nosotros mismos para no tomar acción.

Queremos encontrar el "momento perfecto" pero el momento perfecto NO EXISTE. No llegará ese día mágico, en el que todo parece fantástico y llegue una inspiración y fuerza en ti para indicarte que ese momento llegó... no, no funciona así.

Para lograr ese cambio que anhelamos todos en una relación se necesita:

  1.     Querer

  2.     Conocer

  3.     Actuar                           

  Y para muchos otros casos se necesita de un cuarto elemento: el acompañamiento como un GPS matrimonial.

16.5.24

Un acto de valentía y humanidad

El Gobierno peruano a través del Ministerio de Salud,(Nº 009-2024-SA)  aprueba un Decreto que   incorpora la transexualidad y otras identidades de género como una enfermedad mental.

Esta decisión audaz discute la noción de que la variación en la orientación sexual y la identidad de género no es un trastorno. Es un acto de valentía y humanidad una decisión audaz que merece el aplauso y apoyo ferviente.

Esta medida refleja un enfoque respetuoso hacia la antropología humana, cuestionando las ideologías impuestas y abriendo las puertas a una atención médica más ética y efectiva.

Primero y ante todo, es crucial reconocer que la inclusión en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) no tiene la intención de marginar a las personas según la orientación sexual. Al contrario, al considerar las experiencias de las personas con problemas de género dentro del marco de la salud mental, el gobierno está mostrando un compromiso genuino con la salud y el bienestar de todos los ciudadanos, sin importar su inclinación sexual.

¿Cómo afecta esta medida?

En esta medida, el Ministerio de Salud ha decidido incorporar a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la OMS en el Plan de Aseguramiento en Salud (PEAS), lo cual implica considerar ciertos problemas de género, especialmente aquellos de personas transexuales, como una problemática en relación con ciertos problemas mentales y emocionales.

Desde ahora, los diagnósticos relacionados con diversas expresiones de la sexualidad y la identidad de género serán reconocidos como trastornos mentales cubiertos por los servicios de salud estatales.

Al integrar las identidades del lobby LGBTIQ+ en la atención médica, están reconociendo la complejidad de la desviación de la condición humana propiamente humana, y rechazando cualquier intento de limitarla a ideologías o prácticas impuestas.

 

Además es esencial abordar la cuestión desde una visión antropológica y ética. La verdadera antropología humana acoge al hombre y la mujer en su género biológico masculino y femenino respectivamente, celebrando la diferenciación y características biológicas de cada individuo ligado a su género.

La inclusión en la salud mental no es sólo una cuestión de políticas públicas, sino una declaración moral sobre el valor inherente al sexo biológico de cada persona y su derecho a recibir atención médica ante problemas de disforia de género.

Al agregar siete diagnósticos relacionados con la identidad de género y la orientación sexual en el marco de la salud mental, el gobierno está reconociendo las realidades de una comunidad asumida por una ideología política pero abandonada y marginada desde el punto de vista médico.

28.4.24

Siempre hay una manera para volver a ser buenos

Silvia se enteró hace unas semanas dónde vive su padre. Desde que abandonó el hogar, a su mujer y sus hijos nunca les dijo la verdad. Les hace creer que le prestan una vivienda en la que se instaló indebidamente. Silvia intenta consolarse con la realidad en la que Khaled Hosseini nos introduce en su novela "Cometas en el cielo" escrita durante los sucesos del 11-S: siempre hay una manera de volver a ser bueno.

La obra vendió ocho millones de ejemplares. La llevó al cine el director Marc Forster. Silvia acaba de leerla. Amir, uno de los protagonistas, vivió todos los horrores del conflicto bélico en Afganistán durante la década de 2000. Antes y después de su exilio en Estados Unidos cayó en múltiples bajezas. Sin embargo, en toda la novela campea la esperanza de una redención posible.

El mensaje le da fuerza a Silvia en el intento de entender y perdonar a su padre. Él, como Amir, se equivocaron y mucho: traicionaron a su amigo del alma cuando éste no podía defenderse, manipulando sus sentimientos. Le robaron y mintieron mediante fraudes y extorsiones. Pero siempre se está a tiempo de asumir una manera de volver a ser bueno.

Amir, exiliado en EE.UU., le explica a su hijo de 9 años: "no hay acto más miserable que el robo: el hombre que toma lo que no es suyo, maldito sea. Cuando matas a un hombre, le robas la vida, le robas el marido a una esposa y le robas el padre a unos hijos".

El hijo no entenderá hasta que se haga hombre, el profundo contenido de los conceptos paternos. Pero continúa escuchándole sorprendido y atento: "cuando mientes, le robas a un hombre el derecho a la verdad. Cuando lo engañas, le robas el derecho a la equidad ¿comprendes?"

No, el hijo no comprende por ahora la intensidad humana de las verdades que su padre le transmite con la fuerza que el arrepentimiento imprime a sus palabras. Silvia, tampoco entiende todavía cómo puede ayudar a su padre. Seguramente él, como el protagonista de la novela, tendrá que pasar por duras experiencias y ella tendrá que estar cerca con su amor filial para ayudarle.

Esta historia puede servir de acicate para repensar cómo mejorar las relaciones familiares y de amistad.  

Ana María Abel. Mag. Ciencias Familiares

28.3.24

Mantener identidad al casarse

 

Cada vez más las mujeres mantienen el apellido de solteras. Sienten que cambiarlo sería como perder su identidad.

En algunos países las mujeres, al casarse, mantienen la costumbre de cambiar su apellido de soltera por el de su marido o colocar el prefijo "de" en el medio de los dos. En otros, se suele usar un guion entre el apellido de soltera y el del hombre a quien dimos nuestro "sí".

Estas tendencias parecen estar en vía de extinción. Cada día más mujeres mantienen su apellido de solteras al casarse y no se plantean anexar el del marido. A muchos hombres les parece justo que la esposa no lleve su apellido, pero se sienten satisfechos si optan por agregar el "de".

Verónica Peña, consultora familiar explica cómo,  antes de la revolución sexual de los años 60 las mujeres adoptaban el apellido de su marido como señal del estado civil o para expresar la primacía de sus valores al formar una familia cuya cabeza era el varón: "Adoptar el apellido del marido permitía conformar sentimientos de pertenencia en la unidad familiar, identificándose junto a sus hijos bajo la figura del padre. Los valores morales conducían a que una mujer debía estar casada para convivir junto a un hombre". Peña también señala que "ahora, la mujer insertada en el ámbito laboral antes de casarse, suele mantener el apellido con el cual se ha abierto campo profesionalmente".

El tema del apellido de casada es una decisión muy personal que suele pasar por las costumbres y modas. Muchas mujeres utilizan el apellido de su marido sólo por estatus, algunas lo hacen porque están muy orgullosas de manifestar su condición de casadas y otras para que conste su condición frente a los compañeros de trabajo y librarse así de algunos tipos de acoso.

Elisa comenta: "No quise modificar mi apellido al casarme porque me parece una pérdida en mi identidad como mujer. El prefijo `de` me suena raro. Siento que, ante la ley y los demás, no soy `de` nadie aunque sí en mis sentimientos y mis responsabilidades". Carina piensa que depende mucho del tipo de relación que se tiene con el esposo: "Orgullosamente soy `de` González: mi identidad no se ha visto afectada pues me casé para toda la vida, llevo 20 años con mi marido y vislumbro que aún me queda mucho de vida con él. Utilizar el `de González` refuerza quien soy pues somos con mi marido un `nosotros`". Patricia se plantea: "Ninguno de nuestros maridos anexa nuestro apellido al suyo. ¿Acaso perderían su identidad si modificaran su apellido o será que ellos no hacen una entrega total al casarse?"

Por estas y muchas más razones, en este tema no está dicha, ni mucho menos, la última palabra. Lo que sí queda claro cuando una madre firma con su apellido y el de su marido, es que los hijos son de los dos.

                                Ana María Abel  Mag. Ciencias Familiares

Si lo deseas, danos tu opinión: iuffurugay@gmail.com

8.3.24

Países que visitan este blog

 


Gran noticia al alcance de todos

La experiencia común parece abogar por un idéntico y repetido desarrollo conyugal: las alegrías del matrimonio van decayendo con el paso de los años. Las cosas están llamadas a empeorar. La tasa de divorcios continúa creciendo. Y el número de personas que se casan parece caer en picado, además de aumentar el de las relaciones esporádicas. Todo esto, sin embargo, no está generando la felicidad que prometía… y que todos anhelamos. Parece que más bien es al contrario. La gran pregunta es:

¿estamos condenados a que este sea nuestro destino, o hay algo que podemos hacer para lograr matrimonios felices y para siempre?

Podemos enfocar de una manera oportuna tres aspectos a revisar:

1. Dar por supuesto que el futuro de mi matrimonio depende de factores como: la suerte (a la que solemos achacar muchos más efectos de los que le corresponden), mi cónyuge, nuestros hijos, la familia política, la situación laboral o económica o la sociedad en la que vivimos.

2. Caer en la tentación, cuando algo no funciona, de pensar que es mi cónyuge quien debe cambiar, en lugar de poner el centro de gravedad en la única persona sobre la que podemos incidir: nosotros mismos.

3. Actuar, cuando nuestro cónyuge lo hace de forma dañina y negativa hacia nosotros, como si no tuviésemos otra opción que la de “pagarle con la misma moneda”.

Los responsables de que cada matrimonio sea lo que está llamado a ser no son la sociedad, ni el ambiente, ni la economía, ni las circunstancias externas, sino la falta de determinación, que lleva a no poner real y libremente en juego todos los medios a nuestro alcance para hacer que el matrimonio y la vida conyugal resulten cada vez más plenos y gratificantes.

Por eso, dentro del panorama actual, un matrimonio feliz y para siempre no es solo una gran aventura, sino incluso una hazaña, que mantiene todos los componentes positivos de la aventura… ¡y los supera!

La gran noticia es que esa proeza está al alcance de todos los que sinceramente quieran llevarla a término.

  VerEDUfamilia    


 

5.3.24

Trabajo y vida familiar: empresas y porductividad

El desarrollo humano integral supone la conciliación entre vida familiar y trabajo. Tema muy tratado últimamente tanto en las empresas, como en reuniones sociales y por quienes se proponen como tarea el acompañamiento familiar, tan necesario hoy en día.

La vida familiar tiene gran importancia, al igual que el desarrollo personal y el trabajo profesional. La familia, el trabajo y los días de fiesta exigen ser vividos como bendiciones y dones de Dios íntimamente unidos y necesarios en un momento de cambios socio económicos como los que estamos viviendo.

Sin embargo, está la dificultad de que cada vez más la lógica del máximo rendimiento para aumentar la producción y el consumo, van en detrimento de las relaciones humanas y de los valores espirituales. En ocasiones, las personas que trabajan fuera del hogar, se ven sometidas a trabajar los siete días de la semana y el día de descanso se dedica solamente a la evasión, y no a actividades que eleven el espíritu y propicien los lazos familiares.

También sucede que, en algunos casos los jefes consideran más productivas a las personas solteras, debido a que no tienen responsabilidades familiares.

El empleador y el trabajador deben considerar la productividad dentro de la empresa, no para el máximo rendimiento a cualquier costo, sino facilitar el hacerlo compatible con las exigencias de la familia, de la sociedad, de la protección del ambiente. A las empresas que ofrecen flexibilidad de trabajo a medida de la familia, se las llama “familiarmente responsables” porque tienen en cuenta que sus empleados son personas con necesidades de crecimiento personal, de dedicación al matrimonio y la familia, así como de esparcimiento.

Cada persona en su ámbito familiar tiene que plantear la distribución de las labores domésticas con un acuerdo común de parte de todos los miembros de la familia. Así el día de descanso puede convertirse en un día que ilumina el sentido de la vida, del trabajo de la familia. Eso ayuda en gran manera a vivir una existencia plenamente humana.


En muchas ocasiones, la familia no recibe adecuadamente el sostenimiento político, jurídico y económico que facilite esto debido a un pesado condicionamiento de complejas dinámicas disgregadoras.

La conciliación de la vida laboral, familiar y personal es una línea de trabajo que se debe impulsar como parte de las políticas de igualdad con el propósito de transformar la desigual distribución de las tareas domésticas y de cuidado socialmente asignado a las mujeres.

Los 7 mejores consejos 

Redes sociales: promedio diario

A inicios de febrero 2024 “We are social” publicó los datos de consumo digital correspondientes al año precedente. Los datos muestran que 6,2 de cada 10 seres humanos tienen actividad digital y que 6,9 de cada 10 personas en el mundo usan un teléfono celular. El promedio diario de consumo digital es de 6 horas y 40 minutos.

Quizá más que datos es también nuestra experiencia: pasamos tiempo consumiendo noticias, música o series en nuestra tablet o celular. Pero ese no es el punto: mucho de lo que vemos o escuchamos se queda en nuestra memoria y por eso continúa en nuestra mente o imaginación incluso cuando nuestra tablet o celular están apagados o lejos de nosotros.

 Eso nos enseña algo: ante todo que Dios quiere comunicarse con nosotros (…) por eso la voz del Padre pidiéndonos escuchar a su Hijo se extiende hasta nosotros.  La pregunta es, ¿lo escuchamos?

Es bastante probable que, si nuestra mente está inundada por las imágenes o los sonidos de las redes sociales, dificultemos el que la voz de Dios llegue hasta nosotros.

Más que invitar a un ayuno digital creo que lo virtuoso es exhortar a una ascesis digital, es decir, a un uso disciplinado de lo digital (…)  Se trata de probarnos a nosotros mismos que ponemos los medios adecuados para escuchar a Dios.

Es maravilloso pensar que escuchando se ama. Y es todavía más maravilloso reconocer que si Dios nos habla es porque nos ama y porque tiene algo importante qué decirnos.

  Extracto de nota escrita por P. Jorge Enrique Mújica, LC. Director editorial de ZENIT News Agency.


 

28.2.24

Mamá, mujer, educadora, ingeniera, científica, extensionista, poeta y bruja

                                                            




Soy Julia: mamá, mujer, educadora, ingeniera, científica, extensionista, poeta y bruja, entre otras cosas.

Me formé en la universidad pública como ingeniera química, siendo una de las primeras mujeres de mi familia en lograr un título de grado; pero no fue tempranamente que pude iniciar mi doctorado, el cual me abrió la cabeza y el alma.

Fue recién a mis 35 años, con dos criaturas pequeñas, en esas vueltas de la vida en que una tiene que reconstruirse. Retomar la vida profesional con dos crianzas pequeñas —con una de ellas en proceso de diagnóstico de una condición como es el autismo— es algo que no es visible. ¿Cómo se hace en estos tiempos para poder ver lo singular de cada persona? 

Seguir leyendo:  Testimonio de Julia


21.2.24

¿Normas o límites?

Las normas facilitan las conductas positivas.  Los límites sugieren algo rígido y sancionable.

Casi siempre, cuando se toca el tema de la educación de los hijos existe la tendencia  a hablar de límites : "estos chicos no tienen límites" o "a fulanito no hay quien le ponga límites". La palabra límite alude a una línea que marca la separación entre un terreno y otro, sugiere algo rígido e inamovible. Traspasarlo casi siempre merece una sanción. En educación familiar me gusta más hablar de normas.

Una norma puede ser útil en un determinado momento; en otro será necesario revisarla y ajustarla puesto que, la vida y especialmente la vida familiar, es muy dinámica. Las normas, si explicamos los por qué de las mismas, ayudan a los hijos a tener criterios claros sobre lo que se debe hacer y lo que no.

Cuando transitan la primera y segunda infancia van surgiendo espontáneamente entre ellos normas a través del juego, el uso del baño, la habitación compartida, los juguetes y, sobre todo, por el hecho de tener el mismo papá y la misma mamá: ¡me toca mí!, vale hacer esto… no vale hacer esto otro. Estas normas o costumbres naturales, que son fruto de la estrecha convivencia entre hermanos, no podemos dejarlas a su arbitrio. Si no son convenientes o justas, debemos mediar con nuestra autoridad paterna y, según el caso, dar explicaciones. La intervención paterna implica que, en vez de limitarlos, les abrimos las puertas de la inteligencia y de la voluntad al tiempo que educamos sus sentimientos.

¿Quién es partidario de menos límites y más normas? Porque cuando queremos señalar un límite casi siempre empezamos con la palabra "NO" y nuestras indicaciones fácilmente resultan ineficaces.

Al establecer y explicar una norma empezando la frase con expresiones claras y positivas, facilitamos su comprensión y vivencia. Vale la pena establecerlas en la familia, ayudar a su cumplimiento, respetarlas nosotros y modificarlas según las circunstancias.

Todo esto da pie, según las edades, a fructíferos diálogos entre padres e hijos. Reservemos la palabra "no" para ocasiones puntuales en las que es perentoria y entonces, pronunciémosla con la serenidad que otorga el amor: de esa manera se torna mágica.

Ana María Abel Mg. Ciencias Familiares

17.1.24

Protagonistas: los abuelos

La sociedad narcisista en la que vivimos valora la eficacia y da culto a lo joven, bello y hermoso. La vejez es un contravalor y no se estima la “sabiduría del corazón” que representan los años. 

Debido a esta cultura y a otros factores sociales, en ocasiones, los ancianos son para algunos hijos una carga que se pasan de unos a otros y muchos terminan desamparados. Sin embargo, en esta misma sociedad, los abuelos son más protagonistas de lo que parece, pues no pocos de ellos son actualmente una ayuda imprescindible para aquellas parejas de matrimonios jóvenes que, abocadas al trabajo fuera del hogar tanto el marido como la mujer, ven en sus padres el mejor seguro de la educación de sus hijos. Cada día un abuelo o abuela recoge a su nieto a la salida del colegio. Ayuda en tareas domésticas de la familia de sus hijos. 

Esta generación de personas mayores se forjó en los años duros donde todavía no había aparecido la llamada sociedad del bienestar. No tuvieron las comodidades que gozan hoy sus nietos, ni las posibilidades culturales y educativas que tienen sus hijos pues muy pronto conocieron la dureza del trabajo para traer dinero a casa. 

Son hombres y mujeres hechos a sí mismos, autodidactas, sacrificados, capaces de un aguante sobrehumano y de las más heroicas renuncias. Precisamente son ellos quienes están desempeñando una labor supletoria en la transmisión de la fe y de los valores que han configurado la institución natural de la familia. 

Por esto y por otras muchas razones, los abuelos siguen siendo un gran tesoro de humanidad en todas las tradiciones culturales.


                                                                                                                        Por Mons. Juan del Río Martín 
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8.1.24

Disfrutar del sol y prevenir tanorexia

En Europa, Estados Unidos y Australia, existen líneas de camisetas, mallas y gorras fotoprotectoras pensadas para bloquear más del 97,5% de la radiación UVA y UVB. Se recomiendan para deportistas y personas que pasan mucho tiempo al aire libre expuestas al sol.

Mis hijas y nietas, como la mayoría de personas jóvenes rayan a veces en la tanorexia u obsesión enfermiza por estar bronceadas. Asocian tomar sol a full, con vacaciones. En efecto, exponer al sol el cuerpo adecuadamente protegido como recomiendan los médicos, tiene beneficios físicos y psíquicos: fortalece los huesos, ayuda a dormir mejor pues los rayos UV influyen en la producción de melatonina, hormona que regula los ciclos de sueño. También favorece la producción de vitamina D y ésta estimula la producción de serotonina, neurotransmisor que tiene estrecha relación con la sensación de bienestar. Pero ¿es necesario tomar el sol desnudos para beneficiarse?

Verónica, mi nieta quinceañera, nos contó las declaraciones de una top model a la prensa: "No me animo a hacer nudismo. Este verano quiero lanzarme al topless, pero aún no encuentro la playa justa". En una ronda playera de estos días, nos costó consensuar sobre el término "naturista" ¿se identifica con nudista? Al cabo de una hora de disquisiciones, llegamos a un acuerdo: naturistas son quienes adhieren al naturismo y preconizan el empleo de agentes naturales para conservar la salud y tratar las enfermedades. La conversación derivó en la acción del sol ¿ayuda o no a prevenir enfermedades?

No es fácil convencer a los jóvenes de que tomar sol de manera imprudente y en exceso puede causar enfermedades e incrementar notablemente el riesgo de cáncer de piel. Resulta mucho más sencillo que entiendan la inutilidad de tomarlo desnudos para lograr las ventajas de asolearse. ¿Por qué? Por la sencilla razón que declaró la top model: para hacerlo hay que "lanzarse", saltar la barrera del pudor, elemento natural en todas las culturas del planeta, aunque sean diferentes sus manifestaciones o se den tergiversaciones extremas como en ciertas zonas islámicas donde se obliga a la mujer a bañarse con burka.

El pudor protege a resguardo de los demás la intimidad corporal. El cuerpo de las personas no es un objeto sin más: es instrumento para manifestar nuestra interioridad a los demás. Descubrirlo por completo sólo tiene sentido cuando se hace ante quien es oportuno: la madre, el marido, el médico. Si bien hay grupos polinesios o africanos que nunca usan prendas de ropa, ¿es suficiente para generalizar la bondad de esta práctica y escudarnos en que "otros lo hacen"? ¿actuamos del mismo modo con el uso del burka?

La belleza profunda de una persona sólo se percibe mirándole a los ojos, espejo de su alma. Gocemos del verano y del sol: ese astro que los astrónomos califican de estrella compuesta de hidrógeno y el helio y los biólogos consideran una fuente de vida. Disfrutemos del sol y sus beneficios para la salud corporal sin sustraernos al sabio parecer de Víctor Hugo que definía al pudor como "epidermis del alma".  Enseñemos a los hijos a proteger el cuerpo y ayudarlos a cuidar de su intimidad.

Ana María Abel Mag. Ciencias Familiares

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