Cesar Augusto (63 a.C.-14 d.C.) fue el primer emperador del Imperio Romano cuando Roma dejó de ser una República. Dio estabilidad y desarrollo del Imperio Romano y lo hacia una era de paz y prosperidad.
Quiso saber cuántas personas vivían en su territorio: por eso decretó un censo en todo el Imperio. La población debía inscribirse en su ciudad de residencia. Gracias a ese decreto, José de Nazaret como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Lucas 2:1-5.