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24.3.15

Una familia feliz: cosa seria



¿Sabían ustedes que las Naciones Unidas han proclamado el Día Internacional de la Felicidad? ¿De qué felicidad hablan? ¿Era necesario? 
 

Fue en junio de 2012. La ONU acogiendo una iniciativa  del Reino de Bután (*) instituyó el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad. Objetivo: reconocer la relevancia de la felicidad (¿?) y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos así como la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. El mundo necesita «un nuevo paradigma económico» que reconozca «la paridad de los tres pilares del desarrollo sostenible», el social, el económico y el medioambiental señaló el Secretario General, Ban Ki-moon: «juntos definen nuestra felicidad global».


No estamos de acuerdo con esta visión de la felicidad: es un reduccionismo al solo plano económico de una aspiración superior y universal de las personas. Ciertamente, la felicidad es una meta fundamental. Sin  embargo su logro no puede de ninguna manera basarse únicamente en lo externo, en las circunstancias. Hoy son unas y mañana otras… 


Ser felices, lograr una familia feliz, hunde sus raíces en lo antropológico, en la naturaleza humana y, para los creyentes, en la ayuda de Dios.


La familia es un puntal indispensable para las personas. Para ser felices es necesario forjar una buena relación familiar. Una familia feliz nunca va a ser como nos las muestran en las películas, rodeada de un ambiente idílico y en la que todo sale bien. En toda familia se dan también momentos más difíciles, de flaqueza en los que las cosas pueden no ir diez puntos. Está en nuestras manos provocar que los momentos de felicidad sean más y tengan mayor peso que el resto.


Todos, no solo los padres debemos preocuparnos por los demás y salir de nuestro individualismo: prestar atención a los rostros, expresiones y estados de ánimo, velar para que el resto de la familia se sienta a gusto y todos estén contentos. 


Para ello sabemos que hay palabras mágicas que no pueden faltar nunca en el día a día: GRACIAS, PERDON. Nadie es perfecto,  todos nos equivocamos.  Debemos asumir que hemos hecho alguna cosa mal y pedir perdón. Junto con el ser agradecidos, aceita la convivencia familiar y es una ayuda para la felicidad.


Pedir a Dios que nos ayude a ser constantes en estas metas, asegura los resultados.

 



(*) ¿Qué le pasa a Bután? un país del sur de Asia ubicado en la cordillera del Himalaya y sin salida al mar. Limita al norte con la República Popular China y al sur con la India. Su capital es Timbo. Es uno de las países más pequeños y con menos población del planeta (40 000 km² y 753.947 habitantes).

8.3.15

Sugerencias para una vuelta a clase feliz

                                
Las primeras semanas de reinicio de las clases, es conveniente recordar en la etapa infantil:
  • Se precisa más tiempo del necesario para levantarse, desayunar, llegar al colegio, la escuela. Las prisas y unos padres estresados no ayudan nada a empezar el curso con buen pie.
  • Una buena idea es que papá y mamá adapten su horario al ritmo escolar. Si no, acabaránor agotarse y será inevitable que se enfrenten al día con poca paciencia y mal humor. Y eso, al final, repercute en los niños.
  • Dejarlo todo el listo por la noche: uniforme o ropa que se vaya a llevar al cole, mochilas listas, agua, vianda ... Así se evitan sustos innecesarios nada más levantarse y es más fácil salir a la hora prevista.
  • Poner el despertador media hora antes: hasta que el cuerpo (y la cabeza) se acostumbre al ritmo escolar es normal hacer todo más lento. Si contamos con un tiempo de margen, la vuelta a la rutina será mucho más relajada.
  • Visitar antes el cole: lo ideal sería poder conocer su clase antes de empezar. Si no, un paseo por los alrededores del colegio ayudará al niño a verlo como un sitio familiar.
  • No llegar tarde el primer día: salir un poco antes de casa para hacer el trayecto sin prisas, poder aparcar (si se va en coche) y entrar a clase con el resto de los compañeros hace más agradable el momento.
  • Hacer el periodo de adaptación: aunque sea un esfuerzo para los padres, al niño le ayudará a llevarlo mejor, sobre todo si está empezando en la escuela infantil o va al cole sin pasar por la guardería.
  • Los niños chicos, que lleven su objeto de consuelo: se sentirán más tranquilos si va acompañado a clase de su muñeco favorito o su pelota del alma (eso sí, hay que preguntar antes en la escuela o en el colegio, porque en algunos no les dejan llevar juguetes de casa).
  • Transmitir seguridad: explicarle lo importante que es hacerse mayor y lo bien que lo está haciendo. Algunos padres no llevan bien los primeros días de cole, pero es importante no contagiarle nuestros miedos.
  • Recoger al niño con una sonrisa: aunque papá y mamá hayan tenido un día duro de trabajo, el peque lleva esperando muchas horas el momento del reencuentro.
  • Preguntarle: hay que saber cómo le ha ido el día, eso sí, sin agobiar con infinidad de preguntas. Además de lo que nos cuente su profe, no hay que perder de vista las impresiones del niño.
  • Tener paciencia: empezar el cole es un cambio importante, es normal que esté algo más nervioso.


  
(Fuente: web Ser Padres)

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