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14.5.25

¡Madre no es sólo la que procrea!

Ser madre es la esencia de la feminidad. Por eso toda mujer, tenga o no hijos biológicos, es madre: una experiencia tan fascinante como desconcertante. 

Ser madre significa asumir la responsabilidad de cuidar, proteger y guiar al hijo: una experiencia transformadora que requiere adaptabilidad, fortaleza emocional y una profunda conexión con el ser humano.

Esa experiencia transformadora trasciende la biología: es un llamado divino que se extiende más allá de la capacidad de dar a luz. Ser madre implica una experiencia de transformación y dedicación que redefine la vida y las prioridades. Es un viaje lleno de amor, desafíos y crecimiento. 

La maternidad espiritual es un llamado divino que honra la capacidad de todas las mujeres para nutrir y formar a la próxima generación a través de lazos espirituales. Es un recordatorio de que el amor maternal es un regalo precioso que puede ser compartido de muchas maneras, enriqueciendo la vida de los demás y reflejando el amor de Dios.

La maternidad espiritual trasciende las limitaciones biológicas. Invita a reconocer el llamado divino que todas las mujeres tienen para nutrir, guiar y transformar vidas pues proporcionan la “leche espiritual” necesaria para nutrir en la fe. Están allí para sostener la mano de aquellos que dan sus primeros pasos, ofreciendo principios y valores sólidos como base para una vida cristiana madura.

Abrazar la maternidad espiritual es celebrar la belleza de la experiencia femenina, reconociendo que cada mujer tiene un papel único y significativo en la obra de Dios en el mundo.

Así que… a todas, madres biológicas y/o madres espirituales ¡Feliz día de las madres!

20.12.24

¡Lo que debemos a Cesar Augusto!

Cesar Augusto (63 a.C.-14 d.C.) fue el primer emperador del Imperio Romano cuando Roma dejó de ser una República. Dio estabilidad y desarrollo del Imperio Romano y lo hacia una era de paz y prosperidad.

Quiso saber cuántas personas vivían en su territorio: por eso decretó un censo en todo el Imperio. La población debía inscribirse en su ciudad de residencia. Gracias a ese decreto, José de Nazaret como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Lucas 2:1-5.


Aquí nació Jesús  

8.12.24

23.11.24

Factor decisivo: los padres

La falta de hermanos no define el futuro del niño. El factor decisivo es la actuación de sus padres.

Sofía es hija única y mamá de tres niñas: "El deseo de tener un hermano recién desapareció al convertirme en madre. Mis padres trabajaban y, aunque iba unas horas al jardín, tuve que aprender a jugar sola. Era el centro de las miradas de la familia en lo bueno y en lo adverso. Mis padres me educaron en la toma de decisiones a medida que iba creciendo. Eso me ayudó a desarrollar un sentimiento de autoestima que me ha posibilitado logros a lo largo de las otras etapas evolutivas".

Jorge también es hijo único: "De chico añoraba un hermano con quien patear la pelota, ir de vacaciones y compartir la Navidad. Esas son las situaciones en que recuerdo con mayor claridad el sentimiento de soledad y el deseo de tener hermanos. La Navidad cobró un sentido distinto al casarme y a medida que llegaban mis hijos. Cuando ahora los veo jugar juntos fomento mucho la fraternidad, manifestándoles cuánto vale lo que tienen."

Algunos problemas que puede experimentar el hijo único como el consentimiento, la sobreprotección, la introversión, no son sólo características de los hijos únicos. Estos niños pueden experimentar un desarrollo tan positivo como los que tienen hermanos.

Gabriela Ensinck, psicóloga, considera que el hecho de ser hijo único no define por sí solo el futuro de un niño. El factor decisivo es la actuación de sus padres.

Crecer en una familia siendo hijo único priva de situaciones de conflicto, colaboración, visualización de diferencias sexuales, etc. que preparan para la vida fuera del núcleo familiar donde hay que enfrentar realidades muchas veces contrarias al propio gusto e interés. Quien no ha tenido la posibilidad de compartir con hermanos, por lo general es más autosuficiente, cree que puede solo y cree que no necesita ayuda de nadie. Espera inconscientemente que lo consideren de manera especial, por eso de adulto puede costarle ser tratado igual a otro compañero de estudio o trabajo. Le es difícil incorporar la idea de que no todo debe ser a su medida, o como él lo disponga. 

La experiencia de compartir con hermanos un status igualitario capacita para manejarse en la adultez en distintos ambientes. Prepara para tener una visión más amplia en todas las situaciones de vida cotidiana, para ponerse en el lugar de los demás, aceptar las normas de convivencia respetando los sentimientos y opiniones de otros. Suelen ser personas más realistas y objetivas ya que han vivido situaciones normales de rivalidades, conflictos y peleas entre hermanos.

A partir de los lazos fraternos se dan numerosos aprendizajes que perduran toda la vida y otorgan a los padres la tranquilidad de saber que sus hijos, cuando ellos ya no estén, se tendrán unos a otros. Más allá de cómo se lleven, tienen la misma sangre y la sangre tira más que una amistad por estrecha que sea.

11.8.24

Terapia de la dignidad

Inevitable es la muerte propia y de los seres queridos. Es importante conocer las nuevas terapias psicológicas para, frente a ese hecho inevitable, morir en paz, sin miedo a lo que está por venir. Recomendamos entrar en el siguiente link que llena de esperanza.

 https://thefamilywatch.org/2024/08/09/terapia-de-la-dignidad-el-tratamiento-psicologico-que-ayudo-a-manuel-a-morir-satisfecho/



16.7.24

Encerrados en el dormitorio horas atrapados por internet



La adolescencia es una etapa vital de gran y positivo potencial, siempre que padres y educadores la entendamos y acompañemos adecuadamente. Es verdad que los jóvenes, en la búsqueda de su propia identidad, necesitan distanciarse de sus padres, ser críticos y mostrarse obstinados: prefieren la soledad más que la compañía del resto de la familia.

Gustavo está a punto de cumplir 13 años. Un buen día sus padres cayeron en la cuenta que había pasado de ser comunicativo y charlatán, a estar callado y aislarse en su cuarto. Se habían preparado para su adolescencia leyendo algún que otro libro y hablando con amigos. Ante esos primeros síntomas de incomunicación intentaron varias estrategias, pero ninguna pudo frenar el progresivo aislamiento de Gustavo.

Los adolescentes encerrados en su cuarto quedan atrapados hasta la madrugada en Internet o jugando ante sus pantallas. Posiblemente el germen de algunas manifestaciones extremas de aislamiento no sucede de repente: se inocula lenta y silenciosamente desde la niñez mientras los padres pueden creer que el chico es hogareño porque le gusta estar en casa.

La dinámica vida posmoderna induce a la invención de términos y expresiones cuyo uso se consolida con rapidez. Eso sucede con la expresión "botellón electrónico", acuñado por el psiquiatra familiar Paulino Castells. Hace menos de diez años él comenzó a adjudicar ese nombre al conjunto de pantallas y anexos de que disponen nuestros adolescentes: TV, PC, celular, juegos electrónicos, iPod, MP3 y 4 y siguientes, auriculares etc.

"Lo comparé con el botellón alcohólico, porque los jóvenes presentaban síntomas de embriaguez muy similares a los que producen los excesos de alcohol en los fines de semana. La diferencia con los jóvenes bebedores es que éstos arman algarabías, mientras que la borrachera del botellón electrónico es silenciosa".

Castells recomienda prevenir situaciones de incomunicación y aislamiento en niños y adolescentes, fomentando la comunicación intrafamiliar. Algunas medidas a adoptar por los padres, nada simpáticas para los hijos, son no mirar por costumbre la tele en las comidas, controlar el número de pantallas en los dormitorios, dosificar el tiempo destinado a las maquinitas y colocar la computadora a la vista de todos, por ejemplo, en la sala de estar u otro lugar común, aunque se trate de una portátil o un note book. Así este instrumento cibernético se convierte en un puente del diálogo familiar, facilita la posibilidad de compartir y analizar con actitud crítica noticias, juegos y redes sociales. De este moto además, los padres conocemos qué blogs y otros recursos de la web frecuentan los jóvenes y aprendemos mucho de informática, de los intereses de nuestros hijos al tiempo que creamos o reforzamos los lazos familiares.

Aislados a causa de la tecnología. Sólo una buena comunicación familiar puede prevenirlo.

Ana María Abel Mag. Ciencias Familiares

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