El Servicio
Federal ruso de Protección (SFO) está encargado, entre otras de la seguridad de
los altos cargos del Estado. Acaba de encargar veinte máquinas de escribir (¡de
las de antes que existiera la computadora!) para redactar documentos secretos y
evitar posibles filtraciones por utilizar medios electrónicos. La decisión del
SFO es debido a la reciente difusión de documentos secretos, que se conoce con
el nombre WikiLeaks.
Este hecho confirma en la existencia de dos
caras de las TIC (Tecnologías de la Información). Su utilización con fines espurios es un extremo del hilo. En
el recorrido del mismo está el uso excesivo o exclusivo en momentos en que
“antes”, padres e hijos conversaban (la mesa, la sobremesa, los fines de
semana).
Esta “marcha atrás” del Servicio Federal de protección ruso ¿no debería hacernos pensar? ¿Caemos en la cuenta de
Ante el
consumo creciente de televisión, Internet y videojuegos, la gran variedad de
opciones y de horarios a partir de la televisión por cable, nadie niega ya que estas
tecnologías son una formidable herramienta, que puede usarse bien o mal. La
doctora Natalia Trenchi, especialista uruguaya y docente en psiquiatría de
niños y adolescentes concluye que el mal uso de estos medios por la población
infantil está muy extendido. Y que ello sucede ante la pasividad, cuando no el
consentimiento, de muchos adultos.
En el campo
de la Educación Familiar el tema es fijar los límites tanto a la programación
que emiten los canales como a los videojuegos, tiempo en Internet, y chats. Los
padres lo saben. Las autoridades educativas y los medios de comunicación
también. En esta materia, como en tantas otras que hacen a la convivencia
civilizada, la responsabilidad de las conductas es compartida.
Los
fundamentos científicos de esta preocupación y de la necesidad de controles es
la directa incidencia en el desarrollo cognitivo y emocional de los hijos: a
mayor abandono formativo del menor, mayor influencia de los medios sobre el
aprendizaje. Se ha comprobado el incremento de comportamientos agresivos y
violentos, el consumo de alcohol y tabaco, y el inicio adelantado de la
actividad sexual, asociado a una peligrosísima pérdida de sensibilidad ante la
violencia. Ante todo esto, ¿alguien puede dudar de la necesidad de actuar?