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3.12.23

Diciembre es un mes para la reflexión y los cambios.

Si reflexionamos daremos a la Navidad su verdadero sentido. Las semanas previas a Navidad y Año Nuevo son propicias para plantearnos, padres e hijos, un sinfín de preguntas. ¿Qué esperamos de quiénes están a nuestro lado? ¿Cuál es el sentido de hacernos los regalos y el porqué de las celebraciones? ¿Cómo queremos vivir las promesas de un próximo año mejor? En medio de algunas oscuridades, tristezas y secretos, ¿qué sentido deseamos encontrar al transcurrir inexorable del calendario?

Diciembre es un mes para abrir los ojos, prestar atención, volver a centrarse y tomar conciencia del para qué de nuestras vidas. Con frecuencia, las cosas, las cualidades, los regalos o las personas que buscamos y deseamos dicen mucho sobre quiénes somos realmente: ¡Dime qué esperas y te diré quién eres!

La preparación de la Navidad despierta en nosotros, a la manera como un despertador o el celular despierta a su dueño, la conciencia de un riesgo: el de dormirnos en nuestras aspiraciones.

En pocos días más viviremos unas "noches de paz, noches de amor" y pueden ser ocasión de rectificar si vivimos este tiempo previo como oportunidad de cambios: finalicemos con una enemistad, hagamos las paces, busquemos a un amigo olvidado, despejemos la sospecha y sustituyámosla por la confianza, escribamos una carta de amor, alentemos a los jóvenes a tener confianza en sí mismos y sepamos mantener o restaurar una promesa.

El tiempo vuela, las fiestas se nos vienen encima: ¡calma! Respondamos con dulzura, aunque espontáneamente no nos salga, encontremos tiempo y tomémonos tiempo. No guardemos rencor. Perdonemos y pidamos perdón si nos hemos equivocado. Escuchemos más a los otros. Tratemos de comprender. No seamos envidiosos. Compartamos nuestros pequeños tesoros: sonriamos un poco ¡sólo un poquito más! Seamos agradecidos. Vayamos a la iglesia.

Son sugerencias para alegrar el corazón de nuestros hijos y el de otros familiares. Entonces el nuestro propio rebosará de paz. Así será posible vivir efectivamente "noches de paz, noches de amor".

Mag. Ana María Abel Publicado en El País Digital 5 de diciembre 2008

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