Pancho, con
cinco años, se desconcertó en estos días al visitar los centros comerciales:
"Abuela, ¿en Navidad se inventó el árbol de Navidad o el zoológico, nació
Papá Noel o nació Jesús?"
La Navidad, con frecuencia en nuestro país, es una celebración donde no se acostumbra a invitar al verdadero protagonista. Se festeja y brinda, se hacen regalos, las calles se llenan de luces, sin embargo, aquel que dijo "Yo soy la luz del mundo" suele estar ausente. Y es el que realmente hace de diciembre el mes de las reconciliaciones, de la unión, de la solidaridad.
Pancho quedó
tranquilo por un rato con la explicación: Papá Noel tiene una casa en el Polo
Norte y Jesús vive en cada persona pobre o necesitada. Papá Noel participa en
una cantidad de avisos publicitarios, Jesús no quiere vendernos nada. Papá Noel
trae regalos, Jesús se regala a sí mismo.
Respecto al
zoológico se contentó con saber que una mula, un buey y otros animales
calentaron las primeras noches de Jesús Niño, y por suerte, no preguntó nada
más.
Sin lugar a dudas la Navidad hace de diciembre un mes con la oportunidad perfecta para escapar por un instante de la tensión y experimentar un poco de paz en medio de un mundo convulsionado. Si en los hogares creyentes recuperamos su sentido genuino, no será una celebración que dura escasamente un mes para que una vez transcurrido se instalen otra vez la ansiedad, las corridas y la preocupación por el futuro. Podemos lograr que el espíritu navideño se prolongue muchos meses más y hasta que dure toda la vida.
Ana María Abel Mag.
Ciencias Familiares
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la Navidad?