"En unos días participaré junto a familias del mundo en el
Encuentro Mundial de las Familias y en menos de un mes en el Sínodo de Obispos,
que tiene como tema la Familia. Los invito a rezar especialmente por estas dos
instancias, para que sepamos entre todos ayudarnos a cuidar a la familia".
Son palabras del Papa Francisco en todas las ceremonias y encuentros de Cuba, Washington
y Nueva York. El IUFF, quiere apoyar esta petición porque creemos en esta realidad descrita por Francisco:
“La familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás. Cuando vivimos bien en familia los egoísmos quedan chiquitos, existen porque todos tenemos algo de egoísmo. Pero cuando no se vive una vida de familia se van engendrando esas personalidad que las podemos llamar así: yo, me, mí conmigo, para mí, totalmente centradas en sí mismo, que no saben de solidaridad, de fraternidad, de trabajo en común, de amor, de discusión entre hermanos, no saben.
Sin familia, sin el calor de hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, nos alimentan en la cotidianidad y motivan la lucha para la prosperidad. La familia nos salva de dos fenómenos actuales, dos cosas que suceden: la fragmentación (la división) y la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar. Y entonces encontramos en el mundo sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas que son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares; cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas. Uno se olvida de cómo se dice papá, mamá, hijo, hija, abuelo, abuela. Se van como olvidando esas relaciones que son el fundamento".