¿Sabían
ustedes que las Naciones Unidas han proclamado el Día Internacional de la
Felicidad? ¿De qué felicidad hablan? ¿Era necesario?
Fue en
junio de 2012. La ONU acogiendo una iniciativa
del Reino de Bután (*) instituyó el 20 de marzo como el Día
Internacional de la Felicidad. Objetivo: reconocer la relevancia de la
felicidad (¿?) y el bienestar como aspiraciones universales de los seres
humanos así como la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. El mundo necesita «un nuevo paradigma económico»
que reconozca «la paridad de los tres pilares del desarrollo sostenible», el
social, el económico y el medioambiental señaló el Secretario General, Ban
Ki-moon: «juntos definen nuestra felicidad global».
No
estamos de acuerdo con esta visión de la felicidad: es un reduccionismo al solo
plano económico de una aspiración superior y universal de las personas.
Ciertamente, la felicidad es una meta fundamental. Sin embargo su logro no puede de ninguna manera basarse
únicamente en lo externo, en las circunstancias. Hoy son unas y mañana otras…
Ser
felices, lograr una familia feliz, hunde sus raíces en lo antropológico, en la
naturaleza humana y, para los creyentes, en la ayuda de Dios.
La
familia es un puntal indispensable para las personas. Para ser felices es
necesario forjar una buena relación familiar. Una familia feliz nunca va a ser
como nos las muestran en las películas, rodeada de un ambiente idílico y en la
que todo sale bien. En toda familia se dan también momentos más difíciles, de
flaqueza en los que las cosas pueden no ir diez puntos. Está en nuestras manos
provocar que los momentos de felicidad sean más y tengan mayor peso que el
resto.
Todos, no
solo los padres debemos preocuparnos por los demás y salir de nuestro
individualismo: prestar atención a los rostros, expresiones y estados de ánimo,
velar para que el resto de la familia se sienta a gusto y todos estén
contentos.
Para ello
sabemos que hay palabras mágicas que no pueden faltar nunca en el día a día:
GRACIAS, PERDON. Nadie es perfecto,
todos nos equivocamos. Debemos
asumir que hemos hecho alguna cosa mal y pedir perdón. Junto con el ser
agradecidos, aceita la convivencia familiar y es una ayuda para la felicidad.
Pedir a
Dios que nos ayude a ser constantes en estas metas, asegura los resultados.
(*) ¿Qué
le pasa a Bután? un país del sur de Asia ubicado en la cordillera del Himalaya
y sin salida al mar. Limita al norte con la República Popular China y al sur
con la India. Su capital es Timbo. Es uno de las países más pequeños y con
menos población del planeta (40 000 km² y 753.947 habitantes).