LA FECUNDACIÓN IN VITRO
CONVIERTE AL EMBARAZO EN UNA EXPEDICIÓN DE COMPRAS
Es importante difundir que la NaproTECNOLOGÍA ofrece esperanza a muchos matrimonios que no han logrado concebir un hijo y que quieren ser fieles a la doctrina de la Iglesia. Esta manera de abordar el problema de la infertilidad se funda en la comprensión de que la incapacidad para concebir es un síntoma de un desorden más profundo, y no el desorden en sí mismo.
Las instrucciones de mi paquete de semillas florales dicen: "Siembre las semillas directamente en la tierra. Cuando las plantas alcancen la
altura de dos pulgadas, corte algunas para que el resto estén a 6 pulgadas de distancia
unas de otras”. Sembrar más de lo necesario y sacrificar el exceso una vez que
las semillas han germinado es una excelente manera de practicar la jardinería,
pero es una horrible manera de llevar a cabo el embarazo de varios bebés, para
luego dar a luz a uno solo de ellos.
Sin embargo, ello es exactamente lo que ocurre en los cada
vez más numerosos embarazos que se logran por medio de la fecundación in
vitro (FIV). El diario The New York Times publicó un artículo que describía la
creciente tendencia en las mujeres que utilizan esta técnica y que “reducen”
sus embarazos múltiples a un solo feto. Guiado por un ultrasonido, el
médico inserta una aguja directamente en el pecho del bebé por nacer que no es
deseado y le inyecta cloruro de potasio, el mismo fármaco que se utiliza en la
ejecución por inyección letal de aquellos que han sido condenados a la pena de
muerte. La inyección causa un paro cardíaco y el bebé por nacer muere. El
sistema inmunológico de la madre desintegra el cadáver de la criatura y el
organismo de la gestante lo reabsorbe. ¿Qué impulsa a una madre a dar su
consentimiento a semejante barbarie?
La mejor respuesta a esta pregunta la ha proporcionado
Jenny, una de las mujeres que aparece en el artículo del diario neoyorquino: “Si hubiese concebido a mis mellizos de manera natural, no
hubiera reducido el embarazo, porque uno siente como si hubiese un orden
natural que uno no quiere alterar. Pero creamos este niño de una manera tan
artificial – en un tubo de ensayo, elegimos a una donante de óvulos, luego el
embrión fue transferido a mi cuerpo – y, de alguna manera, la decisión de
cuántos embriones debía llevar dentro de mí parecía simplemente otra opción.
Para empezar, el embarazo fue todo un evento consumista y todo ello se
convirtió en una cosa más que estaría bajo control nuestro”.
Como Jenny sabe instintivamente, con la FIV se degrada la
dignidad del embrión humano. El reemplazar el acto conyugal con un
procedimiento de laboratorio lleva a tratar al embrión como una mercancía que
ha sido fabricada y que puede ser descartada si se detecta que está
“defectuosa” o si el “consumidor” cambia de idea y ya no la quiere. La Iglesia Católica
es muy clara cuando enseña que la FIV es inmoral por la misma razón que Jenny
describe. El documento magisterial Dignitas personae declara lo siguiente:
“La Iglesia, además, considera que es éticamente inaceptable
la disociación de la procreación del contexto integralmente personal del acto
conyugal: la procreación humana es un acto personal de la pareja hombre-mujer,
que no admite ningún tipo de delegación sustitutiva. La aceptación pasiva de la
altísima tasa de pérdidas (abortos) producidas por las técnicas de fecundación
in vitro demuestra con elocuencia que la substitución del acto conyugal con un
procedimiento técnico -además de no estar en conformidad con el respeto debido
a la procreación, que no se reduce a la dimensión reproductiva- contribuye a
debilitar la conciencia del respeto que se le debe a cada ser humano. Por el
contrario, la conciencia de tal respeto se ve favorecida por la intimidad de
los esposos animada por el amor conyugal”.
Según los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC,
por sus siglas en inglés), del gobierno de EEUU, en el 2009 nacieron más de
60,000 bebés como resultado de algún tipo de FIV. Ello equivale aproximadamente
al 1% de todos los nacimientos en el país. Evidentemente, hay una gran demanda
de “servicios” de FIV. ¿Pero existe una alternativa ética?
Sí, la NPT. Además es un método 1.5 a 3 veces mejor que la Fertilización In Vitro (FIV) y no se sacrifican embriones.
La #Naprotec identifica los problemas y colabora con los ciclos menstruales y con la fertilidad, corrige las irregularidades del ciclo menstrual, mantiene la ecología humana y sostiene su potencial procreativo.
La NaproTECNOLOGÍA ofrece esperanza a muchos matrimonios
que no han logrado concebir un hijo y que quieren ser fieles a la doctrina de
la Iglesia. Esta manera de abordar el problema de la infertilidad se funda en
la comprensión de que la incapacidad para concebir es un síntoma de un desorden
más profundo, y no el desorden en sí mismo. La Napro TECNOLOGÍA promueve cinco
metas:
1. La evaluación de las causas subyacentes a la anomalía
reproductiva.
2. Posibilitar el tratamiento de dichas causas.
3. Ayudar a los matrimonios a lograr el embarazo respetando
la integridad de los actos naturales que de suyo se ordenan a la procreación.
4. Si el tratamiento no tiene éxito, lanzar una
investigación de las causas desconocidas.
5. Si ello no da resultado, el programa ofrece ayuda para la
edificación de la familia por medio del apoyo a la adopción.
La investigación que inició en el 2004 el Instituto Papa
Pablo VI, ubicado en la Universidad de Creighton, en Nebraska, EEUU, ha
arrojado que las mujeres que utilizan la NaproTECNOLOGÍA porque sufren de una
infertilidad ovárica, enfermedad del ovario poliquístico, endometriosis u
oclusión tubaria, tienen una tasa de embarazo significativamente (desde el
punto de vista estadístico) más elevada que las mujeres que tienen anomalías
similares pero que se someten a la FIV.
¿Por qué, entonces, no hay más centros de NaproTECNOLOGÍA en
vez de FIV? La investigación a fondo de un desorden subyacente es un proceso
que consume bastante tiempo. Los que quieren ser padres se impacientan. Los
centros de FIV tienen clientes más “felices”, si logran que éstos obtengan
rápidamente un embarazo o por lo menos si tal parece que en dichos centros
están actuando “agresivamente” para lograr el embarazo. La FIV es también un
negocio muy lucrativo. Si bien es cierto que el costo de la FIV puede variar
según la ubicación geográfica, el promedio ronda los $13,000 por ciclo. Es
frecuente que los matrimonios requieran más de un ciclo para lograr el embarazo.
Los especialistas en fertilidad tienen un incentivo económico muy grande en
cuanto al uso de la FIV como “solución” de primera línea para la infertilidad.
Una solución moral al profundo dolor de la infertilidad
también exige comprender la naturaleza vocacional de la paternidad. El
matrimonio es un llamado de Dios al igual que la vocación al sacerdocio o la
vida religiosa. A algunos, aunque no a todos, de los que son llamados al
matrimonio se les dará la oportunidad de ser padres biológicos. Dios nunca nos
pide hacer algo inmoral para cumplir con nuestra vocación. De manera que si la
única forma de lograr el embarazo es por medio de una tecnología reproductiva
que es inmoral, entonces nuestra vocación al matrimonio no incluye la
paternidad biológica. Por ello es que la quinta meta de la NaproTECNOLOGÍA es
apoyar la adopción.
Puede ser que unos esposos no hayan sido llamados a dar a
luz a un bebé, pero sí puede ser que sean llamados a ser padres. El plan de
Dios siempre es superior a cualquier cosa que nosotros hayamos podido idear.
Simplemente necesitamos confiar en Él.
Dra. Denise Jackson Hunnell
Miembro asociada
HLI America
La Dra. Denise Jackson Hunnell es miembro asociada de HLI
America, una iniciativa de HLI para EEUU (www.hliamerica.org). La
Dra. Hunnell practicó la medicina familiar en las fuerzas armadas de EEUU y en
el sector privado. Luego de retirarse de la práctica médica se ha dedicado a la
enseñanza y a la publicación de temas provida.
Más información:
https://www.religionenlibertad.com/vida_familia/941412930/que-es-naprotecnologia-alternativa-fertilidad-etica.html