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13.1.13

El embarazo no es como ir al shopping

LA FECUNDACIÓN IN VITRO CONVIERTE AL EMBARAZO EN UNA EXPEDICIÓN DE COMPRAS


Es importante difundir que la NaproTECNOLOGÍA ofrece esperanza a muchos matrimonios que no han logrado concebir un hijo y que quieren ser fieles a la doctrina de la Iglesia. Esta manera de abordar el problema de la infertilidad se funda en la comprensión de que la incapacidad para concebir es un síntoma de un desorden más profundo, y no el desorden en sí mismo. 


Las instrucciones de mi paquete de semillas florales dicen: ‘Siembre las semillas directamente en la tierra. Cuando las plantas alcancen la altura de dos pulgadas, corte algunas para que el resto estén a 6 pulgadas de distancia unas de otras”. Sembrar más de lo necesario y sacrificar el exceso una vez que las semillas han germinado es una excelente manera de practicar la jardinería, pero es una horrible manera de llevar a cabo el embarazo de varios bebés, para luego dar a luz a uno solo de ellos.


Sin embargo, ello es exactamente lo que ocurre en los cada vez más numerosos embarazos que se logran por medio de la fecundación in vitro (FIV). El diario The New York Times publicó un artículo que describía la creciente tendencia en las mujeres que utilizan esta técnica y que “reducen” sus embarazos múltiples a un solo feto. Guiado por un ultrasonido, el médico inserta una aguja directamente en el pecho del bebé por nacer que no es deseado y le inyecta cloruro de potasio, el mismo fármaco que se utiliza en la ejecución por inyección letal de aquellos que han sido condenados a la pena de muerte. La inyección causa un paro cardíaco y el bebé por nacer muere. El sistema inmunológico de la madre desintegra el cadáver de la criatura y el organismo de la gestante lo reabsorbe. ¿Qué impulsa a una madre a dar su consentimiento a semejante barbarie?

La mejor respuesta a esta pregunta la ha proporcionado Jenny, una de las mujeres que aparece en el artículo del diario neoyorquino: “Si hubiese concebido a mis mellizos de manera natural, no hubiera reducido el embarazo, porque uno siente como si hubiese un orden natural que uno no quiere alterar. Pero creamos este niño de una manera tan artificial – en un tubo de ensayo, elegimos a una donante de óvulos, luego el embrión fue transferido a mi cuerpo – y, de alguna manera, la decisión de cuántos embriones debía llevar dentro de mí parecía simplemente otra opción. Para empezar, el embarazo fue todo un evento consumista y todo ello se convirtió en una cosa más que estaría bajo control nuestro”.

Como Jenny sabe instintivamente, con la FIV se degrada la dignidad del embrión humano. El reemplazar el acto conyugal con un procedimiento de laboratorio lleva a tratar al embrión como una mercancía que ha sido fabricada y que puede ser descartada si se detecta que está “defectuosa” o si el “consumidor” cambia de idea y ya no la quiere. La Iglesia Católica es muy clara cuando enseña que la FIV es inmoral por la misma razón que Jenny describe. El documento magisterial Dignitas personae declara lo siguiente:

“La Iglesia, además, considera que es éticamente inaceptable la disociación de la procreación del contexto integralmente personal del acto conyugal: la procreación humana es un acto personal de la pareja hombre-mujer, que no admite ningún tipo de delegación sustitutiva. La aceptación pasiva de la altísima tasa de pérdidas (abortos) producidas por las técnicas de fecundación in vitro demuestra con elocuencia que la substitución del acto conyugal con un procedimiento técnico -además de no estar en conformidad con el respeto debido a la procreación, que no se reduce a la dimensión reproductiva- contribuye a debilitar la conciencia del respeto que se le debe a cada ser humano. Por el contrario, la conciencia de tal respeto se ve favorecida por la intimidad de los esposos animada por el amor conyugal”.

Según los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), del gobierno de EEUU, en el 2009 nacieron más de 60,000 bebés como resultado de algún tipo de FIV. Ello equivale aproximadamente al 1% de todos los nacimientos en el país. Evidentemente, hay una gran demanda de “servicios” de FIV. ¿Pero existe una alternativa ética?

Sí, la NPT. Además es un método 1.5 a 3 veces mejor que la Fertilización In Vitro (FIV) y no se sacrifican embriones.

La NaproTECNOLOGÍA ofrece esperanza a muchos matrimonios que no han logrado concebir un hijo y que quieren ser fieles a la doctrina de la Iglesia. Esta manera de abordar el problema de la infertilidad se funda en la comprensión de que la incapacidad para concebir es un síntoma de un desorden más profundo, y no el desorden en sí mismo. La Napro TECNOLOGÍA promueve cinco metas:

1. La evaluación de las causas subyacentes a la anomalía reproductiva.
2. Posibilitar el tratamiento de dichas causas.
3. Ayudar a los matrimonios a lograr el embarazo respetando la integridad de los actos naturales que de suyo se ordenan a la procreación.
4. Si el tratamiento no tiene éxito, lanzar una investigación de las causas desconocidas.
5. Si ello no da resultado, el programa ofrece ayuda para la edificación de la familia por medio del apoyo a la adopción.

La investigación que inició en el 2004 el Instituto Papa Pablo VI, ubicado en la Universidad de Creighton, en Nebraska, EEUU, ha arrojado que las mujeres que utilizan la NaproTECNOLOGÍA porque sufren de una infertilidad ovárica, enfermedad del ovario poliquístico, endometriosis u oclusión tubaria, tienen una tasa de embarazo significativamente (desde el punto de vista estadístico) más elevada que las mujeres que tienen anomalías similares pero que se someten a la FIV.

¿Por qué, entonces, no hay más centros de NaproTECNOLOGÍA en vez de FIV? La investigación a fondo de un desorden subyacente es un proceso que consume bastante tiempo. Los que quieren ser padres se impacientan. Los centros de FIV tienen clientes más “felices”, si logran que éstos obtengan rápidamente un embarazo o por lo menos si tal parece que en dichos centros están actuando “agresivamente” para lograr el embarazo. La FIV es también un negocio muy lucrativo. Si bien es cierto que el costo de la FIV puede variar según la ubicación geográfica, el promedio ronda los $13,000 por ciclo. Es frecuente que los matrimonios requieran más de un ciclo para lograr el embarazo. Los especialistas en fertilidad tienen un incentivo económico muy grande en cuanto al uso de la FIV como “solución” de primera línea para la infertilidad.

Una solución moral al profundo dolor de la infertilidad también exige comprender la naturaleza vocacional de la paternidad. El matrimonio es un llamado de Dios al igual que la vocación al sacerdocio o la vida religiosa. A algunos, aunque no a todos, de los que son llamados al matrimonio se les dará la oportunidad de ser padres biológicos. Dios nunca nos pide hacer algo inmoral para cumplir con nuestra vocación. De manera que si la única forma de lograr el embarazo es por medio de una tecnología reproductiva que es inmoral, entonces nuestra vocación al matrimonio no incluye la paternidad biológica. Por ello es que la quinta meta de la NaproTECNOLOGÍA es apoyar la adopción.

Puede ser que unos esposos no hayan sido llamados a dar a luz a un bebé, pero sí puede ser que sean llamados a ser padres. El plan de Dios siempre es superior a cualquier cosa que nosotros hayamos podido idear. Simplemente necesitamos confiar en Él.

Dra. Denise Jackson Hunnell
Miembro asociada
HLI America

La Dra. Denise Jackson Hunnell es miembro asociada de HLI America, una iniciativa de HLI para EEUU (www.hliamerica.org). La Dra. Hunnell practicó la medicina familiar en las fuerzas armadas de EEUU y en el sector privado. Luego de retirarse de la práctica médica se ha dedicado a la enseñanza y a la publicación de temas provida.

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