Muchos hogares se preparan para celebrar la noche Halloween, una tradición que bebe de ritos celtas y romanos. Los irlandeses la popularizaron en EE.UU. Se trata de un pretexto para organizar un día especial, lleno de actividades que estimulan a los pequeños a ver el miedo como un juego más. Halloween marca un retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.
Halloween significa "All hallow's eve", palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos". Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas.
Para los creyentes la noche del 30 de octubre al 1 de noviembre es la fiesta de Todos los Santos. ¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe se vea debilitada? Para los creyentes las fechas del 1 y 2 de noviembre tienen un profundo significado religioso lleno de esperanza.
La fiesta de Todos los Santos (1 de noviembre). La Iglesia llama "santos" a aquellas personas que durante su vida han vivido los valores con esfuerzo por agradar a Dios. Algunas han sido "canonizadas", o sea declaradas oficialmente santas. Por su intercesión se han conseguido milagros y, después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidada investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.
Los santos "canonizados" oficialmente por la Iglesia son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta. Entre ellos se encuentran seguramente nuestros seres queridos.
La fiesta de Todos los Fieles Difuntos (2 de noviembre). Fue instituida por San Odilón, monje benedictino en el año 998. A partir de San Odilón se extendió la costumbre de interceder solemnemente por los difuntos. Llegó a convertirse en lo que se llama la Fiesta de los Difuntos, práctica todavía hoy en vigor en la Iglesia universal. Al rezar por los muertos la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos obtiene la salvación y la vida eterna.
Las oraciones de intercesión y de súplica por los difuntos tienen un gran valor. La Iglesia cree que las almas del purgatorio son ayudadas por la intercesión de los que permanecemos aún en la tierra y, sobre todo, por la Santa Misa así como por la caridad y otras obras de piedad.
Ante los elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar: ¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en nuestros niños quienes, para "divertirse", se disfrazan de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo?
Con tal que se diviertan ¿podemos aceptar que los niños al visitar las casas de los vecinos, exijan dulces a cambio de no hacerles un daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)? Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan?¿Qué experiencia religiosa o moral queda después de la fiesta del Halloween?
Si tomamos a la ligera el Halloween, por seguir una moda o en aras de la “diversión de los niños" ¿qué diremos a los jóvenes cuando acuden a brujos, hechiceros y médiums para que les lean las cartas? Halloween no tiene nada que ver con el recuerdo original de esa fecha: Todos los Santos y los Fieles Difuntos.
¿Nos falta personalidad para no plegarnos a que se vaya extendiendo una celebración pagana? ¿Nos falta creatividad para encontrar otros modos de que nuestros hijos se diviertan?
Muchos hogares se preparan para celebrar la noche Halloween, una tradición que bebe de ritos celtas y romanos. Los irlandeses la popularizaron en EE.UU. Se trata de un pretexto para organizar un día especial, lleno de actividades que estimulan a los pequeños a ver el miedo como un juego más. Halloween marca un retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.
Halloween significa "All hallow's eve", palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos". Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas.
Para los creyentes la noche del 30 de octubre al 1 de noviembre es la fiesta de Todos los Santos. ¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe se vea debilitada? Para los creyentes las fechas del 1 y 2 de noviembre tienen un profundo significado religioso lleno de esperanza.
La fiesta de Todos los Santos (1 de noviembre). La Iglesia llama "santos" a aquellas personas que durante su vida han vivido los valores con esfuerzo por agradar a Dios. Algunas han sido "canonizadas", o sea declaradas oficialmente santas. Por su intercesión se han conseguido milagros y, después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidada investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.
Los santos "canonizados" oficialmente por la Iglesia son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta. Entre ellos se encuentran seguramente nuestros seres queridos.
La fiesta de Todos los Fieles Difuntos (2 de noviembre). Fue instituida por San Odilón, monje benedictino en el año 998. A partir de San Odilón se extendió la costumbre de interceder solemnemente por los difuntos. Llegó a convertirse en lo que se llama la Fiesta de los Difuntos, práctica todavía hoy en vigor en la Iglesia universal. Al rezar por los muertos la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos obtiene la salvación y la vida eterna.
Las oraciones de intercesión y de súplica por los difuntos tienen un gran valor. La Iglesia cree que las almas del purgatorio son ayudadas por la intercesión de los que permanecemos aún en la tierra y, sobre todo, por la Santa Misa así como por la caridad y otras obras de piedad.
Ante los elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar: ¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en nuestros niños quienes, para "divertirse", se disfrazan de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo?
Con tal que se diviertan ¿podemos aceptar que los niños al visitar las casas de los vecinos, exijan dulces a cambio de no hacerles un daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)? Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan?¿Qué experiencia religiosa o moral queda después de la fiesta del Halloween?
Si tomamos a la ligera el Halloween, por seguir una moda o en aras de la “diversión de los niños" ¿qué diremos a los jóvenes cuando acuden a brujos, hechiceros y médiums para que les lean las cartas?
Halloween no tiene nada que ver con el recuerdo original de esa fecha: Todos los Santos y los Fieles Difuntos.