Preparar a nuestros hijos para la vida es tener en cuenta los desafíos futuros que encontrarán en un mundo cada vez más competitivo.
Martina Leibovici-Mühlberger hace propuestas fáciles y concretas para fomentar la CREATIVIDAD en los hijos desde el hogar. El punto de partida de sus consideraciones es un comentario de la doctora Margaret Morgan Lawrence (doctora en medicina y psicoterapeuta):
«la creatividad nace en la cuna familiar y en el mundo interior de los padres, antes de que nazca tu hijo».
Si consideramos la creatividad como la capacidad de apertura al cambio en vistas a mejorar como personas, los padres que se toman en serio la educación de sus hijos, debemos tener en cuenta que, independientemente de la carga genética “creativa” que puedan tener, esa capacidad se puede desarrollar: con el ejemplo, en primer lugar, y en segundo, descubriendo en cada hijo la veta o inclinación que manifiesta por una determinada actividad creativa. No será la misma en todos los hijos puesto que cada persona es única e irrepetible.
Por eso me gusta la frase de que a los hijos hay que educarlos “en serio”, no “en serie”.
Algunas sugerencias:
1. Vuelve a ser un niño. Finge que vuelves a ser un niño de cinco años. Pregúntate: ¿«Qué
sentía al jugar y cuando era libre para usar la imaginación?». Observa a los niños pequeños, ¿qué hacen, sobre todo en situaciones no estructuradas?
2. Juega. ¿Qué es el juego? Mientras que el trabajo está orientado a unas metas y resultados concretos, el juego incluye libertad de experimentar y se orienta a una forma divertida de hacerlo, que cobra sentido para uno mismo. Así que siéntete libre de desinhibir tus instintos creativos, no importa la edad que tengas. Hazte con algunos juguetes, ceras, plastilina, lienzos, pintura, tiza, cualquier cosa que atraiga a tu «niño interior». Y juega con todo ello y tus hijos.
3. Cambia tu dialogo interior. Al jugar, puede que oigas voces interiores diciendo cosas como «no sé dibujar. No se me da bien cantar. ¡Esto es una tontería!». No dejes que esta crítica interior te detenga sino que trabaja activamente para cambiar ese «autodiálogo» hacia mensajes positivos y observa los resultados.
4. Busca siempre cosas nuevas. La rutina y formas claras de estructurar la vida cotidiana proporcionan seguridad y control, pero intentar hacer algo fuera de lo habitual, encontrar nuevas tácticas y maneras de resolver viejos problemas, fomenta sus habilidades de resolución de problemas y, a través de ellas, tu creatividad. Busca nuevas experiencias que te obliguen a desplegar tu mente y tus emociones. Plantéate el desafío de ponerte en contacto con gente nueva distinta.
6. Date un respiro. Concédete un periodo de tiempo de relax cada día. Crea tu propio ritual (un baño de espuma, un paseo breve, colocar la cabeza sobre la mesa y cerrar los ojos...). Tómate ese tiempo sin remordimiento.
7. Siéntete orgulloso de lo que ha creado. Organiza un rincón en tu casa para poner tus cosas y habla de ellas con tus hijos.
