En su preparación cobra especial interés la preparación al matrimonio ya que, en las sociedades de hoy, resulta evidente por una parte, la crisis del instituto familiar, y por otra existe en las nuevas generaciones un relevante deseo de familia.
Los jóvenes se dan cuenta cabal de lo valioso de una relación familiar estable y duradera. Aspiran, por contraste con lo que ven a su alrededor, a un verdadera familia de fundación matrimonial, a un amor fiel e indisoluble donde encontrar serenidad para su crecimiento humano y espiritual, donde madurar los procesos afectivos y de conocimiento que son decisivos para estructurar a la persona.
El deseo de familia es un verdadero signo de los tiempos así como la mentalidad mayoritariamente abierta a la vida.
En este desafío “se juega el futuro mismo de la humanidad”.